Todas y todos estamos llamados a pertenecer a la iglesia, porque en sí, nosotros somos la iglesia, la comunidad que nuestro señor Jesucristo fundó.
¡TÚ, JOVEN, tienes un rol muy importante en esta familia!
Nuestro rol es el de invitar a los demás a pertenecer a nuestra iglesia: a amar al prójimo como a nosotros mismos, a dar de lo que nos falta y no de lo que nos sobra, a creer en un mundo lleno de paz, fraternidad y felicidad entregándonos a la oración. Es, en la iglesia en donde nos encontramos en comunión, desde los distintos lugares donde nos encontramos, en las diferentes comunidades y realidades demostrando que nuestra fe nos mantiene activos y con todas las ganas de seguir trabajando en equipo para los demás.
El Papa Francisco invita a los jóvenes a contruir una amistad social, buscando el bien común dejando de lado las diferencias y a empezar a encontrar puntos en común entre nosotros, con el objetivo de sumar esfuerzos para construir una paz que sea buena para todos.
En Jesús, nosotros y nosotras las jóvenes podemos reconocernos. Jesús nos enseñó a ser valientes, hemos visto en él un amor fiel con sus discípulos. De la misma manera, al igual que nosotros experimentó sentirse incomprendido. Jesús nos enseña hoy en día a abandonarnos en las manos seguras del Padre y en la fuerza del Espíritu.
Comprendemos que el rol del joven en la iglesia es vital. Por ello, acordamos en nuestro último encuentro Surge poner un granito de arena conjuntamente.
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