Hoy les compartimos este poema de la Hermana Marichui Bringas para nuestra reflexión diaria.
¿Silencio?
Por Sor Marichui Bringas
Te he buscado oh Dios
en el silencio
respiro hondo y profundo
y el aliento de vida me habla de ti.
Busco el silencio
para encontrarme contigo
Y el latido ensordecedor de mi corazón
delata tu presencia.
Te busco en el silencio del jardín
y la brisa alegre me grita tu presencia
los pájaros volando, el rojizo cardenal
te entona su melodía.
Te busco en el silencio del cielo
y las nubes se movilizan
dejando caer la lluvia hermosa,
alegre y saltarina.
Te busco en el silencio
y todo grita tu presencia
me invitas a descubrirte
actuando en cada ser viviente.
Todo en el silencio
es Gracia, es armonía,
es plenitud, es alabanza, es belleza
y sin embargo no estás del todo allí.
Te busco en el silencio
del lecho del moribundo
que lejos de atraerme me quiere hacer correr
y sin embargo me quedo, por que allí estás tú.
En el silencio del que sufre,
en el silencio de la semilla que muere para dar vida
en el silencio de la flor que se abre para embellecer
en el silencio frente al Santísimo.
En el silencio testigo de nuestro peregrinar
Y cada silencio que grita tu dolor, tu pasión
Silencio testigo de la vida que se gesta
Silencio en el momento de tu resurrección.
Señor del silencio y de la vida
dueño nuestro
escucha en tu silencio el, clamor de nuestro mundo
escucha nuestras plegarias.
Que en tu silencio
encontremos la ruta para volver a casa,
nuestra casa interior
aquella que dejamos para vivir errantes.
Pero, cómo hacer silencio
si mi propio corazón irrumpe el vuelo
de una danza alborozada
por tu presencia escondida.
Que el silencio de tu presencia
nos de luz para retomar el camino perdido
que tu silencio me guíe
que tu silencio me inunde. Amén.
Originalmente publicado en https://www.ccvichapel.org/post/silencio-silence
Hermoso poema, invita a orar, a buscar y encontrar la fuerza que nos conduzca al amor y La Paz. Gracias
¡Muchas gracias por leernos, Cuquis!
Hermosa oración. El silencio nos ayuda y preparar nuestro corazón para ver la grandeza de la creación y a escuchar la voz de Dios en todo lo que nos rodea…. ¡Alabado sea el Verbo Encarnado!
¡Gracias por leernos y por compartir tu reflexión con nosotras, María Elena! ¡Bendiciones!