“En Jesús Resucitado, la muerte no tiene lugar”
La alegría de lo vivido en la Semana Santa queda patente en las redes sociales que son inundadas con fotos de grupos de mujeres y hombres misioneros llenos de sonrisas, muchas fotos jugando horas interminables con los niños y niñas de la comunidad… Pascuas vividas en comunidad, gente gozando de unas muy merecidas vacaciones, asistiendo al Vía Crucis con todo tipo de intenciones sociales. Al final, llega el tercer día en el que pasándonos la luz del cirio de mano en mano, celebramos. Cantamos ¡Gloria, Aleluya, Resucitó! Nos abrazamos y volvemos a la normalidad.
La normalidad en donde los atentados continúan, las luchas en el gobierno siguen presentes, las personas siguen desapareciendo y los homicidios y los feminicidios no se han reducido. El calentamiento global no disminuyó y los arrecifes siguen perdiéndose. Mi amiguito diagnosticado con cáncer no ha sido curado.
Hace una semana, creíamos y sentíamos el gozo profundo. Ahora Jesús nuevamente se presentará en el centro ofreciéndonos su paz. Habrá quien no crea, porque la realidad no ha sido transformada. Y habrá quienes sigamos luchando cada día para que, con nuestra contribución, tan pequeña, sigamos confrontando la muerte. Porque en Jesús Resucitado, la muerte no tiene lugar. Porque centradas en el Resucitado, nos sabemos dichosas aun sin ver la transformación y seguimos adelante viviendo el envío recibido a compartir paz.
0 comentarios