En el año 2003, el Sr. Fernando Ferrara estaba al frente de la Fundación Adelaida Lafón, contactó a Sor Luz María Aguilar; que en ese momento era la Superiora Provincial de la Congregación, para solicitarle Hermanas que pudieran ir al hospital Huasteca LEM, que se estaba abriendo en Tampamolón Corona, S.L.P., para trabajar en diferentes áreas en el Hospital; ellas estarían ubicadas en diferentes áreas, pero sobretodo se invitaba a ser presencia del amor misericordioso de Dios entre los pacientes y el personal del hospital.

Se hizo una invitación a las hermanas y varias de ellas entraron en el proceso de discernimiento que se realizó en la casa de Cuernavaca. Al finalizar el día, cuatro Hermanas sintieron el llamado para prestar su servicio en el hospital: Sor María Covadonga Suárez, Sor Adriana Facio, Sor Martha Angélica Gauna Rodríguez y Sor María Luisa Gamboa Figueroa.

El hospital abre sus puertas el 1º de noviembre de 2003. Las hermanas comenzaron a trabajar en las áreas designadas pero al mes de iniciada las labores Sor Adriana fue la primera que se retiró, al finalizar el primer año Sor María Covadonga decide no continuar. Sor Martha Angélica se queda trabajando en el hospital y Sor María Luisa atiende a las comunidades. Por problemas de salud Sor Martha Angélica se retira del hospital años después.

Sor María Luisa Gamboa inicia visitando las comunidades, y al entrar en contacto con las mujeres observa que ellas bordan muy bonito; pero solo lo hacen sobre servilletas pintadas que compran en el mercado y que difícilmente pueden comercializar, les propuso que hicieran algo que fuera posible vender y que ellas obtuvieran algo de dinero por su trabajo. Se compraron unas piezas de manta, hilo, hilazas de colores, agujas y consiguió unos patrones y con eso se comenzó a hacer blusas que ellas cosían a mano; no se tenía máquinas de coser y después las bordaban. Se comenzaron a vender sobre todo entre la gente conocida.

Sor María Cardoza se incorporó a la Comunidad en abril de 2005 y como ella sabía corte y confección les propusimos enseñarles a elaborar prendas de vestir que pudieran ser comercializadas más fácilmente, la primera Comunidad que se visitó  y atendimos fue la de Mancornadero en el municipio de Tampamolón, en ella con apoyo del Municipio y de varias personas se construyó un Taller en la Comunidad, donde las mujeres pudieran ir a coser y armar sus prendas mientras que en su casa las podían bordar. El Sr. Mónico González que era el Presidente Municipal, por medio de un proyecto equipó el Taller con todo lo necesario y las autoridades comunitarias donaron el terreno y toda la comunidad trabajó en la construcción del Taller.

Se formaron 7 grupos en diferentes Comunidades y Municipios. Cuatro grupos Tenek:Paxquid y Tenexo en el Municipio de Tampamolón, Tamaletón en el Municipio de Tancanhuitz y Tampate en el Municipio de Aquismón.  Y tres grupos Náhuatl:Mancornadero, Tenexo y Yohuala todos en el Municipio de Tampamolón.  Con apoyo de algunos colegios de la Congregación, fue posible construir 2 Talleres; los otros grupos trabajan en cuartos, en alguna de sus casas, todos los Talleres fueron equipados con lo necesario para que las mujeres puedan elaborar las prendas: máquinas de coser, máquinas Over para hacer los acabados, mesas, sillas, planchas y una mercería en la cual pueden adquirir lo que necesitan a un precio mucho más económico, todo el material lo compran fuera de Tampamolón por medio de pedidos.

Cada uno de los grupos recibió semanalmente clases de corte y confección, haciendo hincapié en la calidad de sus acabados.  La comercialización es el aspecto más difícil en este proceso y para vender las prendas ellas aprovechan toda oportunidad que se les presenta, cuentan con algunas fechas ya establecidas por la Casa del Artesano; institución estatal y su participación anual en la FENAPO, y algunas otras Ferias o eventos a las que son invitadas.

Aunado a esto, hemos estado muy atentas a su Formación Humana-Cristiana, fomentando entre ellas valores cristianos como el amor, la fraternidad, la solidaridad, el respeto, el perdón, etc., para que puedan caminar tanto de manera individual como grupal.

El Hospital prestó sus servicios durante 10 años en 2013, por diferentes motivos, se decidió cerrarlo y fue donado a los habitantes de la región. El Dr. Ángeles, junto con varias personas que habían trabajado en el hospital decidieron continuar prestando sus servicios y atendiendo a las personas más desprotegidas.

Las Hermanas Mary y María Luisa continuaron trabajando con el proyecto, se ha solicitado a la Fundación su apoyo para terminar el proceso después que el hospital se retiró, finalmente el 30 de junio de 2016 y tras trece años de trabajo, han decidido que las mujeres pueden continuar su trabajo por si solas, ya están capacitadas y se ha procurado darles todas las herramientas para que sigan adelante y trasmitan a las nuevas generaciones lo aprendido. Ella dejan este lugar con agradecimiento y con la satisfacción de verlas contentas, orgullosas de lo aprendido, seguras y con grandes deseos de seguir adelante con la certeza de que ellas pueden lograr todo lo que se propongan.

Ahora que se retiran las hermanas, encomiendan esta obra al Verbo Encarnado y le pedimos que bendiga a esas mujeres que con tanto esfuerzo y cariño tienen puesta su confianza en Él.