Con un corazón dispuesto y con el fin de servir, ha comenzado la misión en Chimbote, Perú.
Muchos sentimientos han comenzado a brotar desde el día uno hasta este momento. Me gustaría comenzar mencionando el dinamismo del grupo. Somos 10 personas de distintas carreras, distintos enfoques y hoy por hoy nos une una misión extraordinaria que se impulsa en el servicio.
Ésta etapa ha sido de mucho crecimiento tanto grupal como personal, y con lo anterior me refiero a lo que cada uno puede aportar desde su expertis, llámese carrera o profesión; todos sumamos esfuerzos para hacer una contribución integral.
Nuestra primera semana ha sido de arduo trabajo, desde conocer los proyectos que las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado tienen a su cargo, que son Clínica y Hospicio del Sistema de Salud Verbo Encarnado, e Instituto Educativo Pedro Pablo Atusparia, hasta elaborar un diagnóstico profundo en cada departamento para hacer una contribución y aportar nuestros conocimientos en las distintas áreas.
Yo, que soy estudiante de la carrera de psicopedagogía, me siento con un corazón emocionado de poder aportar desde mi área en el tema de terapia sensorial y de lenguaje realizando un manual y material didáctico para la intervención. Por otro lado, en la escuela se realizará una capacitación a los docentes en tema de aprendizaje experiencial, y con los alumnos de cómo ser líder en su comunidad.
Hay mucho por hacer y mucho que aprender.
Por Daniela Eloísa Martínez Báez, Estudiante de Psicopedagogía, UDEM.
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