Las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado (CCVI) fueron llamadas a responder a las necesidades específicas y urgentes de la iglesia en un momento histórico de 1869. “Nuestro Señor Jesucristo, sufriendo en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases, espera el alivio de vuestras manos».
La misión de la Congregación es actualizar el amor salvador y sanador del Verbo Encarnado promoviendo la dignidad humana. (Constituciones, Artículo 3) Por lo tanto, nuestra misión hoy tiene que ver con seguir a Jesús Verbo Encarnado, quien asumió una existencia humana compartiendo en vida, los sufrimientos y las esperanzas de su pueblo.
Cada persona que esté en un ministerio patrocinado por CCVI está llamada a recibir con los brazos abiertos nuestra misión y la misión del ministerio. Las dos necesitan encajar como mano y guante. Esto les da a las personas un sentido de propósito, un rol que se conecta con lo espiritual. La misión refleja lo que hacemos y por qué lo hacemos y afecta todo: planeación, decisiones, encuentros diarios. ¡Es lo que nos une!
La fidelidad a la misión debe ser intencional e implacable donde las y los líderes creen lo mejor de las personas y donde todos tienen el poder de conectarse con algo más grande que ellos mismos.
Al ingresar a un país que no es el nuestro, a menudo se nos hacen estas preguntas o preguntas similares: ¿Quién es usted? ¿De dónde viene? ¿A dónde va? ¿Por qué va para allá?
¿Qué pasaría si usáramos estas preguntas en nuestras relaciones, lugares de ministerio y en nuestros momentos de silencio? ¡Espera gracias increíbles!
Por Sor Margaret Snyder.
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