El Cuatro de Julio y en otras fiestas nacionales, tenemos la oportunidad de celebrar a la comunidad nacional. Las tragedias recientes en California y en Florida han sido ocasiones en que la nación se ha unido.
Sin embargo, la manera en la que el nacionalismo se relaciona con el hecho de que pertenecemos a una comunidad global podría no ser una situación sencilla.
El ataque terrorista contra Europa Occidental despertó mayor empatía que los ataques de bombas en Turquía, Bangladesh o Iraq, aunque estos últimos fueron más crueles.
Es cierto que la cobertura de los medios sobre las atrocidades que ocurren alrededor del mundo, las hacen presentes para nosotros. Pero el hambre de los medios por lo “novedoso” también reduce nuestro “período de atención” pues hace que nuestro interés cambie de una cosa a la siguiente.
Sin embargo, en medio de esta interdependencia global, hay espacio para una comunidad nacional donde podamos responder a las necesidades inmediatas de los presos, de los adictos y de las víctimas de cáncer; de los inmigrantes que han vivido entre nosotros y que trabajan aquí; y de nuestros compatriotas, hombres y mujeres, que luchan todos los días en una economía que no ofrece igualdad de oportunidades para todos.
“América la Hermosa” un himno patriótico favorito que se canta en muchas iglesias, le pide a Dios que nos bendiga con la hermandad.
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