Por Martha A. Kirk.
A las primeras horas de la mañana del sábado 28 de enero de 2017, un incendio destruyó la Mesquita del Centro Islámico, un sitio de oración para aproximadamente 140 personas en Victoria, Texas. El miércoles, los investigadores informaron que el incendio fue provocado. Diversas personas expresaron preocupación y muchas se reunieron para hacer oración a la mañana siguiente. S. Elizabeth Riebschlaeger, miembro de la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, participó en ese “Servicio de Unidad y Paz” en ese lugar.
Ella señaló: “Cientos de personas, cristianos, judíos, universalistas, ateos y agnósticos, se reunieron para orar, congregados a partir de los valores humanitarios que tenemos en común y por lo que se expresa en la Constitución de Estados Unidos. Comenzamos diciendo juntos la Promesa de Lealtad: ‘como una nación ante Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos’. Nunca antes habían tenido estas palabras tanta profundidad y significado”.
Durante el servicio, S. Elizabeth filmó a M.J. Khan, presidente de la Sociedad Islámica en el Área Metropolitana de Houston, quien mencionó las cosas buenas que habían pasado solo en un día después del incendio. Dijo que aunque habíamos pensado en este sitio como una mezquita para los musulmanes, ahora podemos ver que pertenece a todos los habitantes de Victoria. Y añadió: “Todos los lugares de culto pertenecen a todos nosotros”. Las personas que practican una religión y las que no lo hacen, son bien recibidas, “pueden venir aquí y encontrar consuelo en su corazón para que su corazón tenga más paz”. Como para subrayar estas palabras, el rabino de la congregación judía en Victoria, invitó a la comunidad musulmana a orar en su sinagoga.
El Dr. Shahid Hashmi, presidente del Centro Islámico, pidió que este suceso no se politizara, y que la comunidad se concentrara en la idea de que “Dios es amor, y aquellos que viven en el amor viven en Dios”. Peter Bella, amigo de S. Elizabeth, escribió que más de 13,000 personas ya han aportado donaciones grandes y pequeñas para ayudar a reconstruir la mezquita. Dijo: “Este es el país, Estados Unidos, que yo considero mi hogar, donde venimos a ayudar a nuestros hermanos y hermanas en momentos de necesidad”.
Mi congregación, las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, ha sido bendecida al tener profesionistas de calidad que profesan diversas religiones, incluyendo el islam, trabajando en nuestros hospitales. Como profesora universitaria, participé en una investigación durante un año sabático en el Instituto Ecuménico Tantur en Jerusalén hace más de veinte años. Me inspiró la bondad de los musulmanes, de los judíos y de diversos grupos cristianos a mi alrededor. Esto me llevó a realizar viajes para investigar y tener un mayor diálogo inter-religioso. Los musulmanes turcos en el Servicio Hizmet trabajan arduamente para promover la comprensión y el diálogo. Con frecuencia nos hemos unido y para trabajar juntos.
A las familias musulmanas de Victoria les agradan las escuelas católicas porque en ellas sus hijos aprenden los principios éticos que tienen en común las religiones abrahámicas, el judaísmo, el cristianismo y el islam. Gracias a los contactos que tiene S. Elizabeth en la zona de Victoria, hace algunos años me invitaron a dirigir un Diálogo entre Musulmanes y Católicos para la Conferencia de Educación Religiosa de la Diócesis de Victoria. Las personas de esta mezquita me ayudaron en este diálogo. Usamos la película “Siguiendo las Huellas de Francisco y el Sultán: un Modelo para Crear la Paz”. La guía de estudio para esa película (creada por la religiosa franciscana, S. Kathleen Warren) contiene materiales muy útiles para desarrollar la comprensión y vencer los prejuicios.
S. Alice Holden, miembro de la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, había considerado la posibilidad de entrar a la casa de retiro de nuestra comunidad al cumplir 80 años, pero en lugar de hacerlo sintió que estaba llamada a desarrollar en el área donde había vivido, en la propiedad de la Universidad del Verbo Encarnado, un centro para actividades interreligiosas llamado «Interfaith, INC.» A lo largo de ocho años había desarrollado un ministerio de programas de espiritualidad en esta hermosa zona arbolada, pero sintió un llamado más profundo que le pedía que su ministerio de espiritualidad se centrara en acercar a las personas de diversas religiones. En nuestra universidad tenemos estudiantes y profesores de diferentes religiones originarios de más de sesenta países, así que su llamado podía apoyar la diversidad de la universidad. S. Alice revela que a medida que profundizamos nuestra propia tradición religiosa, nos acercamos más a Dios y el amor nos transforma. Ella escribe poesía y a menudo cita a Rumi, el poeta musulmán, que escribe sobre el amor de Dios que nos une aunque nuestros senderos religiosos estén divididos.
En su mensaje para la 50 Jornada de la Paz Mundial, “No Violencia: un Estilo de Política para la Paz”, el Papa Francisco dijo que la no violencia no va a sofocar a la violencia. Sugirió que siguiéramos el ejemplo del musulman Khan Abdul Ghaffar Khan, quizás porque necesitamos apreciar más las buenas obras de los musulmanes. El Papa Francisco señaló que “especialmente las mujeres a menudo son líderes de la no violencia; por ejemplo, Leymah Gbowee y miles de mujeres en Liberia”. Gbowee reunió mujeres musulmanas y cristianas para organizar la “protesta no violenta que tuvo como resultado una conferencia de paz de alto nivel para acabar con la segunda guerra civil en Liberia”. El ejemplo del Papa sobre Leymah Gbowee nos invita a promover conversaciones entre mujeres musulmanas y cristianas sobre la forma en que podemos fomentar la no violencia y la paz. Pronto tendremos una de estas conversaciones en la Universidad del Verbo Encarnado, donde tenemos muchos estudiantes musulmanes, incluyendo aproximadamente 200 de Arabia Saudita. Existe mucha ansiedad entre nuestros estudiantes y profesores aquí.
Conocí a la comunidad musulmana de Victoria cuando nuestra madre estaba críticamente enferma en el Centro Médico Citizens donde trabaja mi hermano. Es un hospital excelente que cuenta con una sala de oración. Yo iba ahí a orar y a menudo veía a un médico musulmán que también oraba ahí, ya que los musulmanes devotos hacen oración a ciertas horas determinadas cinco veces al día. La oración sana. Orar juntos puede ayudarnos a sanar. Esperamos que no necesitemos incendios para unirnos a orar, pero si ocurren, el Dios Compasivo sufrirá con nosotros y nos ayudará.
He recibido influencia de la espiritualidad jesuita y de la idea de “encontrar a Dios en todas las cosas”. El Corán dice que donde quiera que veamos, podemos ver el rostro de Dios. Yo he crecido gracias a mis amigos musulmanes que han compartido su espiritualidad conmigo y hemos encontrado puntos de confluencia al tratar de ser personas con más compasión, justicia y servicio. En los retos que enfrentamos actualmente, cada uno de nosotros debería ser compasivo e intentar escuchar a los demás, construir puentes entre las comunidades y abrir los ojos para reconocer el rostro de Dios. A partir de las cenizas de la mezquita está desarrollándose una gran compasión.
Este artículo se ha publicado a partir de su fuente original: Global Sisters Report.
En el encabezado: Hermanas del Verbo Encarnado y del Sagrado Sacramento.
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