Al celebrar la fiesta de Corpus Christi, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, escuchamos las palabras de Jesús a las multitudes judías:
«Yo soy el pan vivo que descendió del cielo;
el que coma este pan vivirá para siempre;
y el pan que yo daré
por la vida del mundo es mi carne «.
Los judíos contendían entre sí, diciendo:
«¿Cómo puede este hombre darnos su carne a comer?»
Jesús les dijo:
«Amén, amén, les digo,
a menos que coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis de su sangre,
no tenéis vida en vosotros.
Quien come mi carne y bebe mi sangre
tiene vida eterna,
y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es verdadera comida,
y mi sangre es verdadera bebida.
Quien come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él.
Así como el Padre que vive me envió
y yo tengo la vida por el Padre,
así mismo el que se alimenta de mí
vivirá por mí.
Este es el pan que descendió del cielo.
No como el que sus antepasados comieron y murieron,
el que come este pan vivirá para siempre «.
SAN PABLO TAMBIÉN HABLA DEL PAN DE VIDA:
«Hermanos y hermanas:
La copa de bendición que bendecimos,
¿no es la comunión en la sangre de Cristo?
El pan que partimos,
¿No es la comunión en el cuerpo de Cristo?
Porque el pan es uno,
y así nosotros, aunque muchos, somos un cuerpo,
porque todos comemos del mismo pan «.
MOSES TAMBIÉN LE RECUERDA SU PUEBLO DE LA PROVISIÓN DE DIOS:
«No te olvides del SEÑOR, tu Dios,
quien os sacó de la tierra de Egipto,
ese lugar de esclavitud;
que te guió a través del inmenso y terrible desierto
con sus serpientes venenosas y escorpiones,
su tierra seca y sin agua;
quien sacó agua para ti de la roca pedernal
y os alimentó en el desierto con maná,
un alimento desconocido para vuestros padres.
ORACIÓN/REFLEXIÓN: SOBRE LA EUCARISTÍA, PAN DE LOS ÁNGELES:
SECUENCIA – LAUDA SION / LAUD, O ZION
¡Pan del Ángel, pan divino,
nutre al hombre peregrino;
pan de hijos, don tan fino,
no a los perros se ha de echar!
Por figuras anunciado,
en Isaac es inmolado,
maná del cielo bajado,
Cordero sobre el altar,
¡Buen pastor, Jesús clemente!
tu manjar de gracia fuente,
nos proteja y apaciente,
y en la alta región viviente,
haznos ver tu gloria, ¡oh Dios!
Tú, que lo sabes y puedes,
y que al mortal lo sostienes;
por comensales perennes,
al festín de eternos bienes
con tus Santos, llámanos.
Amén. Aleluya.
PALABRAS DE JESÚS EN EL PAN VIVO DE LA VIDA:
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo, dice el Señor;
El que coma este pan vivirá para siempre.
R. Aleluya, aleluya.
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