La Transfiguración del Señor

por Ago 6, 2017Blog, Liturgia0 Comentarios

The Transfiguration of the Lord

“Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!» (Mt 17:1-9)

La Transfiguración de Jesús es un episodio en el Nuevo Testamento en el que Jesús se transfigura y ve radiante y lleno de gloria en una montaña. Los discípulos Pedro, Santiago y Juan acompañaron a Jesús al Monte Tabor, y entonces Jesús se transfigure en su presencia y Moisés y Elías aparecieron conversando con él.

EL PROFETA DANIEL NOS DA UNA VISIÓN FUGAZ DEL MISTERIO DE LA “TRANSFIGURACIÓN”.

Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.

Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros.

Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia.

A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás.

(Dan.7:10, 13-14)

SAN PEDRO HABLA DE LA EXPERIENCIA DE LA TRANSFIGURACIÓN

Cuando les dimos a conocer la venida de nuestro Señor Jesucristo en todo su poder, no estábamos siguiendo sutiles cuentos supersticiosos, sino dando testimonio de su grandeza, que vimos con nuestros propios ojos. Él recibió honor y gloria de parte de Dios el Padre, cuando desde la majestuosa gloria se le dirigió aquella voz que dijo:

«Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él»

[a] Nosotros mismos oímos esa voz que vino del cielo cuando estábamos con él en el monte santo. Esto ha venido a confirmarnos la palabra[b] de los profetas, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en sus corazones.

(2 PEDRO 1:16-19)

SAN MATEO RELATA LA HISTORIA DE LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS EN EL MONTE TABOR

Jesús tomó consigo a Pedro, y a Jacobo y a Juan, su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos; y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

Y he aquí se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

Y respondiendo Pedro, dijo a Jesús: Señor, bueno es que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías.
Y mientras él aún hablaba, he aquí una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; a él oíd.

Y al oír esto, los discípulos se postraron sobre sus rostros y temieron en gran manera.

Entonces Jesús, acercándose, los tocó y dijo: Levantaos y no temáis.

Y alzando ellos sus ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Y cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

(Mt 17:1-9)

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