En presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas, Señor.

LAS REVELACIONES DE SAN JUAN NOS HABLAN DE LOS ÁNGELES Y DE SU LUGAR EN EL CIELO

Mientras observaba, se elevaron Tronos y el Anciano se sentó en su trono.
Su ropa era blanca como la nieve, y su cabello era blanco como la lana:
su trono era de flamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Una corriente de fuego brotaba desde dónde él estaba sentado; miles y miles le servían, y multitudes de multitudes le prestaban servicio.

Se convocó a la corte y se abrieron los libros.
A medida que continuaron las visiones a lo largo de la noche, Vi venir
a alguien como un hijo del hombre sobre las nubes del cielo;
cuando llegó con el Anciano se presentó ante él.

Él recibió dominio, gloria y nobleza;
las naciones y los pueblos de todas las lenguas le prestan servicio.
Su dominio es eterno y no le será arrebatado,
su reino no será destruido.

LA CAÍDA DE LOS ÁNGELES

Se desató una guerra en los cielos; Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón.

El dragón y sus ángeles lucharon contra ellos, pero no prevalecieron y ya no hubo lugar para ellos en el Cielo. El dragón enorme, la serpiente antigua, que se conoce como Demonio y Satanás, el cual engañó a todo el mundo, fue lanzado a la tierra y sus ángeles fueron lanzados con él.

Entonces escuché una voz fuerte en el cielo que decía: “Ahora han llegado la salvación y el poder, y el Reino de Nuestro Dios y la autoridad de su Ungido. Pues quien acusa a nuestros hermanos ha sido lanzado, el que los acusa ante Dios de día y de noche.

Ellos lo conquistaron con la Sangre del Cordero y con la palabra de su testimonio; el amor a la vida no les evitó la muerte. Por lo tanto, que se regocijen los cielos y quienes viven en ellos”.

JESÚS HABLA SOBRE LOS ÁNGELES:

Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño. Le dice Natanael: ¿De qué me conoces? Le respondió Jesús: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Le respondió Natanael: Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Jesús le contestó: ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores. Y le añadió: En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

(Jn 1:47-51)

Reflexión

R. (1) En presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas, Señor.

Te daré las gracias, O SEÑOR, con todo mi corazón, pues has escuchado las palabras de mi boca; en presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas; rendiré culto en tu santo templo y daré gracias en tu nombre.

R. En presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas, Señor.

Por tu bondad y tu verdad; pues has engrandecido tu nombre y tus promesas por sobre todas las cosas. Cuando te llamé, me respondiste; me fortaleciste en mi interior.

R. En presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas, Señor.

Todos los reyes de la tierra te darán las gracias, O SEÑOR, cuando escuchen las palabras de tu boca; y cantarán sobre los caminos del SEÑOR:
“La gloria del SEÑOR es grande”

R. En presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas, Señor.