Por Adriana Calzada, CCVI

Otro año más tenemos el regalo de hacer un espacio para reflexionar profundamente en quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Sí, somos polvo y hoy lo recordamos. A la vez, somos mucho más que polvo, somos creaturas nacidas del Amor. Hemos recibido el aliento divino, la dignidad de hijas e hijos de Dios, un sinfín de dones y talentos y el regalo más grande que es la libertad. En esta Cuaresma que inicia hoy, Miércoles de Ceniza, hagamos uso de esta libertad para iniciar un camino de reconciliación que nos lleve de vuelta a casa, a nuestro ser más auténtico, a reconciliarnos con nuestro entorno y nuestro hogar Tierra, con quienes nos rodean, con nuestras heridas y nuestros miedos, con nuestras frustraciones y nuestras preocupaciones, con quienes más queremos y con quienes nos cuestan trabajo. Caminemos hacia una reconciliación con Dios, porque es desde Dios que nuestras relaciones se transforman profundamente.

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