Por Adriana Calzada, CCVI
En este camino de reconciliación que hemos propuesto para esta Cuaresma, el Evangelio del primer domingo nos presenta a Jesús en el desierto. Jesús, empujado por el Espíritu se retira al lugar del silencio. El desierto es lugar en donde se encuentra con Satanás, pero de igual manera es un lugar en donde desde lo profundo de su ser, en su encuentro con Dios, encuentra la fuerza para vencer la tentación. Descubramos en este camino por el desierto la necesidad vital de entrar en lo profundo, lugar desde el cual la motivación es a salir al encuentro. Y desde este encuentro, aceptemos la invitación a convertirnos y transformar nuestras relaciones en un proceso de reconciliación.
En el encabezado, fotografía de Giorgio Parravicini en Unsplash.
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