Por Adriana Calzada, CCVI
En este camino de reconciliación que hemos propuesto para esta Cuaresma, el Evangelio del primer domingo nos presentó la oportunidad de preguntarnos cómo es que reaccionamos ante una de las tentaciones más comunes a las que estamos expuestas. Al igual que a Jesús en el desierto, la tentación de poder nos sale al encuentro. Cualquiera que sea nuestro estado de vida, nuestra condición social o económica, nuestro oficio o profesión, todas las personas tenemos una cuota de poder. En lo profundo de nuestra naturaleza humana se encuentra el sueño de hacer el bien, hagamos un esfuerzo consciente para reconciliar el deseo de ejercer nuestro poder con el deseo de transformar nuestro entorno. En lo simple, en lo pequeño y en lo cotidiano. ¡Nos sorprenderemos al ver de lo que somos capaces! Que las palabras y acciones de Jesús, Verbo Encarnado, sean nuestra guía.
Click aquí para leer más reflexiones sobre la Cuaresma y el Camino a la Reconciliación.
0 comentarios