Las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado se unen a la Compañía de Jesús en su condena a los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua. Con profundo dolor y consternación recibimos la noticia del homicidio y la posterior desaparición de los hermanos sacerdotes Javier Campos Morales, S.J. y Joaquín César Mora Salazar, S.J., ocurrido el lunes 20 de junio dentro de la Parroquia de San Francisco Javier de la comunidad de Cerocahui. Condenamos la violencia de los asesinatos y la crueldad que implica la desaparición de sus cuerpos, una práctica que se ha normalizado en el país durante las últimas décadas, un ejercicio de violencia directa contra las familias y las comunidades a las que ni siquiera se les permite despedir a sus seres más queridos. Violencia que duplica su golpe y se pasea impune, desbordada contra las personas más vulnerables.
Repudiamos esta violencia, demasiado cotidiana, contra toda la sociedad civil y contra aquellas personas que, como nuestros hermanos, han dedicado su vida a servir a nuestras comunidades empobrecidas por la inequidad e impactadas por el desorden social.
Exigimos a las autoridades correspondientes la recuperación inmediata de los cuerpos de nuestros hermanos sacerdotes, así como el del laico, también asesinado en los mismos hechos. Exigimos la pronta justicia en la sierra Tarahumara y en toda la República Mexicana para recuperar la Paz a la que todas las personas tenemos derecho.
Somos conscientes de que este dolor que hoy vivimos como Iglesia no es un dolor aislado en nuestra sociedad. Y aunque a veces la oración parece no ser suficiente, confiamos en nuestra fe y en que a través de la oración podremos alzar nuestras voces para pedir y para trabajar por un mundo más justo, más solidario y en paz.
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