¡Alabado sea el Verbo Encarnado!
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida, se los anunciamos. 1 Jn. 1,1
Queridas hermanas: Estas palabras resuenan en nuestros corazones y por ello con gozo y alegría les compartimos nuestro caminar, en esta búsqueda de apertura de un lugar de misión CCVI.
Ana Luisa Prieto, Aracely Uranga y Erika López del 17 de septiembre al 8 de octubre salimos de San Angel, enviadas por la Congregación a tener un primer contacto con 2 probables espacios de Misión ccvi. El primer lugar que visitamos fue Xalisco, que pertenece a la Diócesis de Tepic, Nayarit, en donde salió a nuestro encuentro la Congregación de las Hermanas Auxiliadoras y su legado de 45 años acompañando al pueblo de Dios en sus luchas socio-políticas y en el reconocimiento de su dignidad como personas.
Las hermanas auxiliadoras agradecidas por el caminar de Dios con su Congregación , nos abrieron las puertas de su casa, historia y especialmente nos conectaron con el corazón de las personas con las que han caminado durante estos años, nosotras con el deseo de sentir, mirar, escuchar, oler y experimentar dónde Jesús se encarna hoy y en dónde nos llama a encarnar el carisma ccvi; visitamos las colonias, rancherías, parroquias y galerones donde viven familias de indígenas cortadores de caña; quienes han sido acompañados por ellas en el área catequética, proyectos de salud integral, cabe decir que esta casa inicio como Noviciado con el fin de propiciar la cercanía con el pueblo.
Y el 27 de septiembre, arribamos a Xalapa Ver. Al Centro Comunitario “Casa San José”, ministerio patrocinado por las Hermanas de San José de Lyon, esta casa prestó su servicio como casa de formación en los 80`s-90`s, posteriormente por falta de vocaciones las hermanas se retiraron de este lugar y empezó a funcionar como dispensario de Cáritas. Fue hasta junio de 2019 que la hermana Ilse, provincial en turno le pidió a la Hermana Enedina Juárez que se hiciera cargo del cuidado de la casa, ella tomo las riendas del bazar y en ese encuentro con las personas fue observando las necesidades de la población. Pero se vio obligada a suspender las ventas a causa de la pandemia, mas con una personalidad enérgica y extrovertida no se podía quedar al margen. Así que como la viuda pobre
del evangelio empezó a dar de lo poco que tenía, hierbabuena y zacate limón. Los dejó en una silla afuera de su casa con un letrero que decía: “Si necesita tome un poco gratis”. Fue así que decidió embarcarse en el proyecto de un centro comunitario al que le llamó “Casa San José”.
El objetivo del centro es que las personas hagan un proceso de integración comunitaria, para colaboración mutua y así transformar su entorno. Para la Hermana Enedina la prioridad es que las personas obtengan el mayor crecimiento personal y mejoras en su economía y se cuenta con varios programas como son: apoyo pedagógico para niños de nivel primaria, venta de bazar, asistencia humanitaria de despensas que surge a raíz de la situación de pandemia y como un gesto de solidaridad, apoyo de medicamentos con los que se está tratando casos de personas enfermos del COVID-19 y el proyecto Economía Solidaria “ECOSOL”, programa de compras en común para que sea más económica la adquisición de productos de la canasta básica.
Además de la comunidad de Xalapa, las Hermanas tienen un Albergue de Migrantes, ubicado en Tierra Blanca, a 3 horas de distancia del “Centro San José”. En la conversación que sostuvimos con la Hermana Dolores nos comenta que lo más difícil en este servicio es mantener el equilibrio entre la misericordia y la fir-meza, sobre todo al hacer cumplir el reglamento para una sana convivencia en el albergue. Otros de sus grandes aprendizajes es hacer de la experiencia del migrante una teología de la vida religiosa, esto es, la pasión con la que van detrás de su sueño, cargando sólo con lo necesario para el camino y adaptándose a las condiciones que cada paso les plantea. Ella desea que vivamos la vida religiosa con la determinación con la que los migrantes persiguen su sueño; que dejemos que su itinerario sea una luz para este estilo de vida que también necesita apasionarse por el seguimiento de Jesús y vivirse con mayor libertad para la construcción del reino.
Y por supuesto no solo quisimos sentir el llamado de Dios a responder a estas necesidades, sino a la par redactábamos: minutas, diarios de campo, propiciábamos conversatorios, encuentros intencionados con el fin de contar con los insumos para el discernimiento, todo este proceso guiado y retroalimentado por una asesora.
Agradecemos a ambas Congregaciones el compartirnos con sencillez su carisma y su forma singular de acompañar el Pueblo desde el Evangelio al estilo de Jesús.
Y nos encomendamos a sus oraciones, para que en este proceso de discernimiento sea la ruah quien guie nuestros pasos y nuestro deseo de responder a las necesidades de hoy, desde nuestro carisma CCVI.
En el encabezado, fotogtrafía de Jens Lelie en Unsplash.
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