“Señor, cada nación de la tierra te adorará”.
Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del SEÑOR ha amanecido sobre ti.
Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra y densa oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el SEÑOR, y sobre ti aparecerá su gloria.
Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.
Levanta tus ojos en derredor y mira: todos se reúnen, vienen a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.
Entonces lo verás y resplandecerás, y se estremecerá y se regocijará tu corazón, porque vendrá sobre ti la abundancia del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti.
Una multitud de camellos te cubrirá, camellos jóvenes de Madián y de Efa; todos ellos vendrán de Sabá, traerán oro e incienso, y traerán buenas nuevas de las alabanzas del Señor.
ISAÍAS 60:1-6
SAN MATEO DESCRIBE LA VISITA DE LOS MAGOS A JERUSALÉN BUSCANDO A JESÚS RECIÉN NACIDO
Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente.
―¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo.
Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
―En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta:
“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá; porque de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo Israel”.
Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Los envió a Belén y les dijo:
―Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore.
Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
MATEO 2:1-12
“Señor, cada nación de la tierra te adorará”.
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